Prefacio

  • A gloomy photograph of a brown, very dry, and barren land. A road goes through this desert diagonally from the mountains to the corner, with dead vegetation throughout. Above the mountains is a thick foggy layer of clouds in white and gray.

    Richard Misrach
    
Wall, Jacumba, California, 2009
    
Pigment print
    60 × 80 inches
    Courtesy of the artist

    Richard Misrach y Guillermo Galindo evocan una perspectiva humanitaria sobre los intensos debates políticos que enmarcan al tema de la migración en nuestros días. Como artistas, alientan nuestra capacidad humana innata de empatía y comprensión, sea cual sea nuestra postura o política sobre la reforma migratoria, la seguridad nacional o la economía del continente. Esta exposición revela la necesidad—y ciertamente la urgencia humana—de tener un diálogo civil sobre temas difíciles, que pueden dividirnos drásticamente como comunidad y como nación, particularmente en este año de elecciones.

    Con Border Cantos (Cantos de la Frontera), el San Jose Museum of Art amplía su función como un museo del siglo XXI, convencido de que una institución cultural puede ser un espacio compartido para la participación ciudadana, con las artes como un vehículo - un lugar para tener conversaciones comunes y para los placeres estéticos personales. Como exposición, Border Cantos es más que una plataforma para el trabajo conmovedor, apasionado y creativo de los artistas: es un foro para considerar los aspectos compartidos, las ambigüedades y las contradicciones—las realidades inquietantes—que se encuentran más allá de los duros bordes de la parcialidad política.

    El arte de Misrach y de Galindo nos habla de forma visceral a través de nuestros sentidos, con tranquilidad e intimidad de una forma más poderosa que los ruidosos títulos encontrados en la prensa. En sus fotografías (algunas a propósito de gran formato, imponentes y monumentales como las pinturas académicas del siglo XIX), Misrach evoca las diagonales del muro fronterizo, de un camino o de un campo de coles que está prácticamente a nuestros pies. Con puntos de fuga “encontrados” y líneas de perspectiva, nos lleva al escenario de sus paisajes como si camináramos en las vastas profundidades del desierto. Arrasadoras y expansivas, sus vistas se esfuman en la lejana distancia, como si nunca se acabara. Los juguetes de Misrach, con una vista divina y romántica, las tradiciones heroicas de las fotografías de paisajes los occidentales, pero aquí y ahora. Dentro de su sublime grandeza, acechan los males terrestres y las tristes verdades que él documenta. Misrach deja girando en el viento el romance mítico del Oeste.

    En un punto contrario, Galindo nos sumerge en el microcosmos del viaje de los migrantes. Sus ensambles nos llevan al suelo del desierto, entre los escombros oxidados y las cosas desgastadas, cuyo rico legado del uso y contacto es ineludible. Él ha evocado imágenes de los que están ausentes: alguien que tomó un sorbo de agua de su botella o un poco de comida de la lata; que retuvo este recuerdo como consuelo, o que dio un incesante y exhaustivo paso después del otro y luego el siguiente, con su zapato deshilachado. Reconstruidos como instrumentos y reanimados por el toque de un músico, esos objetos se trasforman en la voz de la experiencia de un migrante. Galindo ha estado construyendo metáforas y formando sonidos que expresan más que cualquier lenguaje: son tan primitivos y penetrantes como los suspiros, los llantos o gemidos que sus composiciones instantáneamente nos traen a la mente.

    El tema inmediato de Misrach y de Galindo es la migración a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, visto de cerca, a escala humana y con alcance moral. Sin embargo, sus obras también hacen eco de una forma más amplia y hablan sobre la problemática de los migrantes en el mundo y a través de los siglos.

    Casi 244 millones de personas en todo el mundo emigraron el año pasado según datos de las Naciones Unidas: 244 millones de personas dejaron sus hogares en la búsqueda de una vida mejor y más segura. Muchos tuvieron viajes peligrosos, solitarios y tortuosos, como lo refleja Border Cantos—viajes que probablemente son parecidos a los experimentados por alguna generación de nuestra familia. La migración es un tema cada vez más urgente alrededor del mundo. Es un tema de particular relevancia en el condado de Santa Clara, donde la migración abarca un espectro socioeconómico que va desde los trabajadores indocumentados, hasta los expertos en tecnología del Silicon Valley. San José ha sido construido por olas de migración que se remontan a sus primeros días como un pueblo colonial. En la actualidad, el 50% de los adultos de más de treinta y cinco años han nacido en otro país.

    El título de esta exposición, Border Cantos, remarca los diferentes viajes individuales, que cuando se unen, forman una narrativa nacional colectiva. Cada una de las imágenes de Misrach y cada uno de los instrumentos del ensamble de Galindo fueron concebidos como un canto, una "canción" emotiva que es una sección dentro de un poema mucho más largo, como en la obra épica de Dante, La divina Comedia o el Ramayana de Valmiki. Estos cantos cuentan las historias de los problemas humanos, de su búsqueda débil y sin fin, sin palabras y con restricción. Dentro de este territorio emocional, los cantos funcionan junto con la clara estructura matemática de las composiciones de Galindo y las guías seriales de los inventarios visuales de Misrach, inyectando una pequeña dosis de orden en el caos y la tragedia de las líneas fronterizas. Juntos, Misrach y Galindo han creado un ciclo de canciones dolorosas que simultáneamente tienen una resonancia emotiva y que presentan una crítica social feroz. En muchas dimensiones, de muchas maneras, su colaboración regresa al corazón de lo masivo, la narrativa de la migración mundial que sigue aconteciendo en la actualidad: a las personas y a la tierra.


    Susan Krane
    Oshman Executive Director